MICROPLÁSTICOS
Los microplásticos son piezas de entre 1-5 mm de diámetro que en principio son pelotillas de poliestireno comúnmente utilizadas en productos de cuidado personal como pasta dental o productos para el cuidado de la piel. También pueden ser el resultado de procesos que degradan otros artículos domésticos como bolsas, ropa, artículos de pesca olvidados o abandonados, etc.
El término “plástico” abarca una amplia gama de polímeros, incluidos los cauchos, elastómeros, textiles, y termoplásticos. La producción mundial de plásticos ha aumentado de 1,5 millones de toneladas métricas en 1950 hasta 245 millones de toneladas métricas en 2008. Los plásticos se producen en todo el mundo, y el constante crecimiento de la demanda se traduce en un aumento de la producción.
En 2009 en Europa, de los 45 millones de toneladas métricas de plástico consumidas, 11 millones terminaron en vertederos o en el medio ambiente. Tanto la industria como los gobiernos son conscientes de que es necesario potenciar considerablemente la recuperación y el reciclaje de los plásticos.
Existen ciertos tipos de plásticos, de aparición reciente en el mercado, usado por ejemplo en bolsas y envases, que a menudo se consideran biodegradables.
Es el caso de los denominados “bioplásticos” que, si bien proceden de recursos renovables, no son necesariamente biodegradables. Para poder considerarse “biodegradable”, un material debe descomponerse en sus partes constituyentes (dióxido de carbono, agua, compuestos inorgánicos y biomasa) por la acción de organismos vivos en condiciones específicas. Estas condiciones pueden darse en las plantas de compostaje industrial, pero no en el océano, por lo que muchos plásticos “biodegradables” no se descomponen en el océano antes que los demás plásticos. Los plásticos verdaderamente biodegradables, como el ácido poliláctico (PLA), tienden a ser más costosos y no son adecuados para muchas aplicaciones que requieren durabilidad.
La mayoría de los residuos de plástico que llegan a los mares y océanos provienen de fuentes terrestres, pero también existen fuentes en los océanos, como buques y plataformas petrolíferas, y actividades de pesca o acuicultura.
Al hablar de deshechos plásticos de mayor tamaño, se cuenta con evidencia suficiente que demuestra el impacto que tienen sobre la vida marina. Sin embargo en el caso de microplásticos es más difícil demostrar dichos efectos.
Sin embargo, algunos estudios han mostrado que organismos marinos (desde ostiones hasta ballenas) que dependen de sistemas de filtración para alimentarse, son especialmente vulnerables ya que pueden ingerir los microplásticos, que a su vez pueden obstruir dichos sistemas, afectando el tejido de los mismos. Adicional a esto, el plástico tiene una gran capacidad de absorción de otros contaminantes químicos que también se encuentran en el mar como pesticidas o bienios policlorados. Representa un problema adicional entonces, que los microplásticos puedan actuar como vehículos para otros compuestos contaminantes, ya que organismos marinos pueden ingerir estos plásticos y verse afectados por los compuestos químicos mencionados.
Es probable que la presencia de residuos de plástico en los océanos siga aumentando, debido principalmente al aumento inexorable del consumo de plásticos y la ausencia persistente de prácticas adecuadas de reutilización, reciclaje y gestión de residuos en muchas partes del mundo.
La información sobre los micro-plásticos en los océanos es aún muy limitada. No sabemos qué cantidad llega a los océanos, ni cuál es su comportamiento una vez allí, en cuanto a su desplazamiento y la degradación, fragmentación y modificación de sus propiedades debido a la erosión. Además, se sabe muy poco acerca de la posibilidad de que los micro-plásticos transporten contaminantes y el efecto de los fragmentos de plástico sobre el medio ambiente.
Alicia León 2ºA Bach
